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"Mujeres en las Ciudades: Jakoba H. Mulder, Urbanista"

Atualizado: 18 de out. de 2023

por Zaida Muzi e Mireia Simó



Resumo

Las mujeres arquitectas y urbanistas no han estado representadas a lo largo de la historia en igualdad de condiciones, ni siquiera en orden de igualdad por méritos. Por ello, es necesario revisar la historia de la arquitectura y de las ciudades, para reescribirla incorporando a las mujeres que han formado parte de ella, pero cuyas voces han quedado invisibilizadas.

Una de las muchas figuras que la historiografía y, con ella, la academia han dejado en el olvido a la hora de construir la historia del urbanismo moderno es Jakoba Helena (Ko) Mulder (1900–1988), una de las primeras mujeres graduadas en la especialidad de urbanismo por la Technische Hogeschool de Delft. Jakoba Mulder trabajo en el Departamento de Planificación Urbana de Amsterdam desde 1930 hasta 1965, llegando a ser directora del mismo en 1958. Sus aportaciones fueron esenciales en los proyectos de conjuntos residenciales construidos en la ciudad, dado que incorporaba al planeamiento el detalle de la vida cotidiana, incorporando una manera de trabajar transescalar, que consideraba el impacto que tendrían las configuraciones del planeamiento urbano en la vida de las personas que habitarían los espacios resultantes.


Palavras chaves: Mujeres Urbanistas, Jakoba Mulder, Amsterdam, planeamiento, paisajismo, género, infancia y ciudad...


 


Jakoba Mulder, urbanista


Jakoba Mulder se graduó en 1926 como ingeniera de la construcción en la Technische Hogeschool de Delft, convirtiéndose en la primera mujer en graduarse en dicha universidad y en trabajar como urbanista. Entrar en un mundo de hombres no era fácil, y así se lo demostraron algunas experiencias como el menosprecio de algunos profesores que consideraban a las mujeres estudiantes insignificantes o el rechazo en algunas de sus primeras solicitudes de trabajo por el hecho de ser mujer. En 1927, Charlotte Perriand fue inicialmente rechazada por Le Corbusier, quien le dijo que “en su estudio no se bordan cojines”; casi en el mismo año, Jakoba Mulder fue también rechazada en una de sus primeras entrevistas de trabajo con el argumento de que difícilmente se puede enviar a una mujer a subir andamios.


Ella siempre negó haber sufrido discriminación y aún así era conciente que se movía en un mundo de hombres. Formó parte de organizaciones como la Asociación de Mujeres Estudiantes de Delft (DVSV), de la que llegó a ser presidenta, posteriormente, fue miembro y parte del equipo directivo de la Asociación de Mujeres con Educación Académica (VVAO). También fue parte del grupo local de la red internacional “Soroptimists” formada por mujeres profesionales destacadas y dedicada a la promoción de las mujeres. Para esta última organización realizó en 1947 un artículo motivando a otras mujeres a estudiar urbanismo. En su opinión, el trabajo de urbanista no era específicamente para hombres o mujeres, sino que “solo hay que ser adecuada para ello y tener un profundo interés social”.

En 1930 empezó a trabajar en el Departamento de Planificación Urbana de Amsterdam, que había sido fundado dos años antes dando respuesta a la necesidad de disponer de un equipo público dedicado específicamente al estudio y planeamiento urbanístico en la ciudad. Su trabajo en el departamento se puede agrupar en tres grandes áreas: paisajismo, parques infantiles y planeamiento urbano.


Uno de sus primeros trabajos en el Departamento de Planificación Urbana fue el Boschplan, actual Amsterdamse Bos (bosque de Amsterdam), es el que la ha hecho conocida entre la ciudadanía como la dama del bosque. En este caso era necesario un parque para garantizar el espacio verde en una ciudad que crecía rápidamente. Al mismo tiempo, la crisis del 29 había dejado sin trabajo a muchas personas, por lo que la creación del parque fue además una política de empleo, incluyendo la creación de un vivero municipal que permitió continuar ofreciendo lugares de trabajo más allá de la construcción del parque.

El Amsterdamse Bos y el Beatrixpark (realizado entre 1936 y 1939) son los dos proyectos que le han dado más visibilidad y reconocimiento. Esto es debido a que los proyectos de los parques, y la jardinería, han sido trabajos más asociados al rol femenino dentro del urbanismo por estar más ligados con la naturaleza pero, como veremos, estos trabajos son solo una pequeña parte de su carrera profesional.


El segundo hito importante de su carrera fue la creación de un sistema de parques infantiles temporales, en los que aunó su gran interés por los espacios de juegos y parques infantiles y las políticas públicas llevadas a cabo para su implementación. Jakoba Mulder observó un día desde su ventana a una niña jugando en un rincón de la calle sin más recursos que imaginación, tierra y una lata. Esa experiencia la llevó a preocuparse por la falta de lugares adecuados para el juego en la ciudad, por lo que en 1947 propuso un sistema ‘bottom-up’ de creación de espacios públicos para el juego infantil.


Así, creó un procedimiento administrativo para vehicular las actuaciones: la demanda partía directamente de la ciudadanía, que tenían que identificar, por un lado, la presencia de niños y niñas sin espacio de juego y, por otro, la existencia de pequeños espacios de oportunidad, ya fueran solares, esquinas o aceras, sin uso o mal utilizados. Con esta información la administración municipal realizaba la comprobación de la viabilidad del sitio y se encargaba de su transformación. De esta manera era posible crear pequeños y económicos espacios llenos de posibilidades para el juego infantil.


Con este sistema, entre 1948 y 1978 se crearon más de 700 parques infantiles esparcidos [fig.1- fig2] por toda la ciudad de Ámsterdam. Aldo van Eyck desde su empleo en la oficina de trabajos públicos de la ciudad diseñó una serie de elementos simples que permitían conformar en su combinatoria espacios de juegos adecuados a cada superficie, resultando cada uno diferente y con una gran variedad de formas, texturas y posibilidades capaces de provocar el uso creativo de dichos elementos por los niños y niñas.



Fig 1. Inauguración del parque infantil número 250 en la Eerste Leeghwaterstraat, Amsterdam (1961).


Fig 2. Parques infantiles de Amsterdam en la actualidad. Fotografía Patricia Reus (2018)


En tercer lugar, el planeamiento urbano es donde Jakoba Mulder imprimió un carácter diferencial, realizando cambios de gran relevancia para la ciudad. El equipo del que formaba parte en el Departamento de Desarrollo Urbano del Departamento de trabajos públicos de la ciudad de Amsterdam había sido creado en 1928, bajo la dirección del departamento de investigación de Theo van Lohuizen (1890 - 1956) y la dirección de proyectos de Cornelis van Eesteren (1897 - 1988), y formado también por L.S.P Schefer.. Este equipo redactó entre las dos guerras mundiales el plan urbano holandés más reconocido, el Plan de Extensión de Amsterdam (AUP). El plan fijó las bases para el crecimiento de los llamados pueblos jardín (tuinsteden) como Slotermeer. Después de 1945, fue aplicado mucho más rápido de lo previsto y, según Stephen Ward debe ser considerado uno de los planes para gran ciudad europea más exitosos del periodo de entreguerra, marcando una tendencia sumamente interesante en la evolución profesional del planeamiento, ya que se trata del primer plan conscientemente preparado y presentado como un trabajo de equipo.


Jakoba Mulder aportó al desarrollo del plan al trabajar en la revisión y definición de los diferentes barrios antes de su construcción definitiva. Una de las redefiniciones más significativas fue la que propuso en 1947 para el barrio Frankendaal, situado en el suburbio de Watergraafsmeer. Ella propone un cambio del sistema de bloques paralelos de viviendas, el cual se había aplicado hasta entonces según el planeamiento establecido en el AUP, por un nuevo sistema basado en edificios en “L” dispuestos de tal manera que formaban un espacio público rectangular entre ellos. Estos espacios entre bloques se podían aprovechar para situar espacios verdes y de juegos infantiles permitían el cuidado desde las viviendas. En actuaciones como esta, se puede apreciar la manera en que Mulder entendía la planificación urbana: como una herramienta para la mejora de la vida cotidiana de todas las personas. [fig.3]



Fig.3 Plano comparativo de propuestas tipológicas. Mireia Simó en base al original de Jakoba Mulder publicado en 1952 en la Revista Politécnica.


Desde entonces, este sistema de urbanización y edificación se utilizó en los nuevos barrios del oeste de la ciudad, como Slotemeer, Slotervaart, Geuzenveld y Osdorp construidos entre 1950 y mediados de los años 60. Según Helma Hellinga este retorno a espacios más cerrados puede explicarse como derivación de la idea de vecindario planteada por A. Bos en 1946 en La ciudad del futuro, el futuro de la ciudad.

En 1958, Jakoba Mulder, sucede a Cornelius van Eesteren como directora de la oficina de planeamiento urbano de Amsterdam. Bajo esta posición, coordinó y proyectó los barrios de Buitenveldert y Noord.


La tendencia en estos nuevos barrios se distancia progresivamente de los anteriores, siendo más densos y con edificaciones más altas. Mulder, que formaba parte del comité encargado de estudiarlos, defendió siempre el uso de densidades mixtas, abordando edificios de escalas diversas que dotaran la ciudad de un carácter heterogéneo.

Sin embargo, el Departamento de vivienda tenía una concepción muy diferente, ya que su preocupación por los costes, los tiempos de construcción, y la cantidad de viviendas les llevó a apostar por edificios en altura. Bajo esta premisa, se lleva a cabo en 1962 el proyecto de Bijlmermeer, un barrio de edificios hexagonales de gran altura. Mulder siempre mantuvo una posición crítica ante este plan, porque consideraba que se había perdido la dimensión humana en el proyecto, llegando a tal punto que en una entrevista realizada en 1984 declaraba que Bijlmermeer era su condena (“nagel aan mijn doodskist”). [fig.4]



FIG.4 Comparativa de los planes Frankendaal, Buitenveldert i Bijlmermeer.


En 1965, se retiró del Departamento de Planeamiento Urbano manteniéndose como consultora hasta el 1972. [fig.5] En el año 1966 fue nombrada profesora extraordinaria de problemas técnicos y arquitectónicos de la planificación urbana en la Universidad de Amsterdam hasta su jubilación definitiva en 1972. [fig.6]




Fig.5 Jakoba Mulder en su despedida como jefa del Departamento de Desarrollo Urbano. (1966)


Fig.6 Jakoba Mulder en discurso “Op de drempel” de aceptación de cargo académico en la Universidad de Amsterdam (1966)



Para la aceptación del cargo académico realizó el 8 de noviembre de 1966 un discurso titulado “En el umbral” (Op de drempel) en el que presenta una diagnosis de los desafíos de la ciudad de Amsterdam. Advierte que a pesar del título no se trata de una novela sino que describirá una serie de problemas, que no son nuevos en sí, pero que requieren una rápida atención y solución. Reconoce todo el trabajo hecho a partir de la posguerra de nuevos barrios, pero advierte del abandono de la ciudad anterior, la histórica y la del siglo XIX, así como del rápido crecimiento de la movilidad urbana en vehículo privado, que comporta al menos tres problemas, la expansión territorial, la congestión de las ciudades y la contaminación.


Las ideas detrás de sus proyectos.


Sólo analizando brevemente y de forma muy condensada la trayectoria profesional de Jakoba Mulder se evidencia la repercusión de esta en la ciudad de Amsterdam. Mulder no se conformó con llevar a cabo los trabajos que se le asignaban, sino que cuestionó y repensó cada uno de ellos generando propuestas concretas que rompieron con las formas habituales en el planeamiento urbano de entonces.


En todos sus proyectos y aportaciones, independientemente de la escala o el ámbito, se puede apreciar siempre una preocupación clara por la repercusión del proyecto en la vida de las personas. De esta manera, se manifiesta un indudable esfuerzo por mejorar la calidad de vida de dichas personas a través del urbanismo.

Esta sensibilidad pasa primero por la atención en pequeños detalles de la vida cotidiana, como es el caso de la niña que vió jugando en la calle y, a continuación, por la capacidad propositiva de alternativas que implican a todo el conjunto de población, como en el proyecto urbano de los parques infantiles. Mulder consiguió engranar los diferentes niveles políticos que participaban en la regulación y producción de la ciudad, haciendo partícipe a la ciudadanía del proceso administrativo de mejora de la ciudad.


Este cuidado por el aspecto más social del urbanismo sigue presente cuando pasamos a la gran escala. Como planificadora siempre mantuvo una posición crítica ante los planes urbanos más homogéneos y masivos. Ocurrió, por ejemplo, con el planeamiento en hilera, el cual ella consideraba que además de ser monótono y aburrido no generaba espacio para la relación vecinal. Jakoba Mulder defendió como ideal la mixticidad de hileras y manzanas con patio interior, no solo por la riqueza que generaba la diversidad de espacios urbanos, sino también por las ventajas que suponía el patio de manzana para la vida de los habitantes del barrio.


Su acción se alineaba con el pragmatismo holandes, demostrando que sus propuestas urbanas de mejora basadas en lo social, formando patios, resultaban económicamente iguales que las propuestas en hilera, lo que le servía para para demostrar al Departamento de la Vivienda la viabilidad de este en términos económicos y, así, poder hacer lo que ella realmente buscaba: proyectos con impacto social positivo.


Esta firmeza también se manifiesta en discusiones como la relativa al barrio de Biljmermeer, en la que defendió hasta el final la falta de humanidad que se daba en un planeamiento tan masivo y excesivo en altura. Ella opinaba que los edificios de gran altura no eran adecuados para determinados tipos de unidades convivenciales, como por ejemplo las de familias con niños y niñas dada la falta de relación entre la vivienda y el espacio público de juego. Por este motivo, siempre abogaba por una mixticidad de alturas y tipologías, ya que esta permitiría albergar a todo tipo de grupos de convivencia, generando así una ciudad más diversa e integradora, como hemos visto en su conferencia “Op de drempel”.


En base a todo esto, se puede observar un claro patrón en el criticismo de Jakoba Mulder: este siempre se basó en los aspectos más sociales del urbanismo, que no eran olvidados ante las dimensiones económica o industrial. Esta preocupación suele repetirse frecuentemente en las aportaciones realizadas por las mujeres arquitectas y urbanistas de primera mitad del siglo XX. A diferencia de algunos de sus contemporáneos, ellas ponen de manifiesto las tareas de cuidado y su importancia, reconociendo así la experiencia asignada al rol de género femenino, y actúan en consecuencia como profesionales, buscando dar solución a las necesidades que surgen de dicha experiencia en sus proyectos.


Biografías como la de Jakoba Mulder nos enseñan a poner en valor la importancia de esta mirada en nuestras ciudades. Sus aportaciones mejoraron notablemente la calidad de vida de los habitantes del Amsterdam de la posguerra, en especial de los niños y, consecuentemente, de las personas a cargo de estos. Una mirada basada en los pequeños gestos, tanto en pequeña como gran escala, que mejoró la vida cotidiana de los ciudadanos y ciudadanas de la época y que, sin duda, marcó un precedente en el mundo del planeamiento urbano. En nuestras manos está reconocer dichas aportaciones y usarlas a nuestro favor, aprendiendo de ellas para aplicarlas en nuestras ciudades y hacer de estas un espacio más diverso, acogedor e inclusivo.



FIG.7 Los parques y proyectos mencionados en la ciudad de Amsterdam.

 

Ilustraciones:


Fig 1. Joop van Bilsen, Nationaal Archief, Opening 250ste kinderspeelplaats in Amsterdam aan de Eerste Leeghwaterstraat. Kinderen op de speelplaats, archivo número de inventario 912-6630 , número de inventario 912-6630


Fig 2. Patricia Reus. Parques infantiles de Amsterdam en la actualidad. (2018)


Fig 3. Elaboración propia (Mireia Simó). En base al original: Jakoba Mulder, Archivo del ayuntamiento de Amsterdam, Ir. J.H. Mulder, 1327- 52, artículo Het tuindorp Frankendaal in de Watergraafsmeer (1952)


Fig 4. Ayuntamiento de Amsterdam; Monumenten & Archeologie (2017) Van licht, lucht en groen word je een 'beter' mens.


Fig 5. Joop van Bilsen, Nationaal Archief, Mejuffrouw ir. J.H. Mulder afscheid genomen als hoofd afdeling Stadsontwikkeling PW, Amsterdam, archivo número de inventario 2.24.01.04 , número de inventario 918-7157


Fig 6. Joop van Bilsen, Nationaal Archief, Mevr. ir. J.H. Mulder achter katheder in de aula van de Universiteit van Amsterdam, Amsterdam, archivo número de inventario 2.24.01.04 , número de inventario 919-7704


Fig 7. Elaboración propia (Mireia Simó).



 

Autoras:

Zaida Muxí, Doctora arquitecta, Profesora ETSAB-UPC. Barcelona, España.


Mireia Simó, licenciada en arquitectura, estudiante Máster Habilitante en Arquitectura ETSAB-UPC. Barcelona, España.


 

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